Si tenemos claro que el comienzo de la actividad de una nueva empresa viene precedido por la elaboración del plan de negocio en el modelo colaborativo, este debe ser aún más exhaustivo.

El líder del modelo colaborativo, del que hemos hablado largo y tendido en otros artículos de esta serie, una vez que ha determinado qué empresas cumplen los requisitos para formar parte del grupo, debe analizar minuciosamente, teniendo en cuenta la opinión del resto de participantes, las líneas de negocio que determinarán el desarrollo de su actividad.

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Y el plan de negocio es la manera más sencilla y eficaz de hacerlo. En él se determinarán desde las formas de comunicación entre los miembros del proyecto hasta las normas de seguridad y confianza por las que se regirá.

Pero además, un modelo de negocio colaborativo no sólo debe prever las posibles discrepancias comerciales, financieras y operacionales, sino sobre todo los requerimientos tecnológicos y humanos.

Algunas de las preguntas que se deberían plantear a la hora de establecer un plan de negocio para un proyecto colaborativo son:

¿Cómo nos posicionaremos frente a la competencia?

¿Qué información compartiremos y cómo?

¿Cómo desarrollaremos promociones, ofertas o campañas?

¿De qué modo compartiremos la información procedente de clientes finales?

¿Qué consideramos una excepción y cómo la trataremos?

¿Cómo compartiremos riesgos y beneficios?

Todas estas dudas, y algunas más, ya han surgido en el Proyecto Colaborativo que estamos poniendo en marcha desde el Centro de Innovación de Despachos Profesionales.

Pero, gracias a la colaboración de todos los despachos que habéis dedicado dos minutos a rellenar la encuesta que os enviamos, hemos podido dar respuesta a las inquietudes que han ido surgiendo.